domingo, 12 de mayo de 2013

La Mula, una gran película.


Ya han pasado dos días desde que vi La Mula y aún sigo disfrutando de las emociones que me provocó y del profundo mensaje que encierra la historia.




Quería hacer esta entrada en mi blog para expresar las razones por las que merece la pena verla.

La Mula es un película sincera y emotiva, un canto a la libertad y la más feroz crítica a cualquier tipo de guerra.

Mario Casas interpreta a un mulero, un chico sencillo y bueno que, como tantos y tantos españoles a principio de siglo, se vio inmerso en una guerra que enfrentaba a pueblos contra pueblos y familias contra familias. 

El acierto de La Mula, mostrando por ejemplo como los dos bandos enemigos pasan de insultarse con toda la gracia andaluza a matarse en el siguiente plano es tan cruel como tristemente histórico.

He seguido la reacción de muchos de los que han visto La Mula en las redes sociales y hay una frase que se repite profusamente "Prefiero que me cojan muerto a vivir sin libertad.", totalmente acertada para definirla.

El cabo Juan Castro, que Mario Casas interpreta con una profundidad que le ha valido el premio a mejor actor en el festival de Málaga, simplemente quiere vivir su vida, ser libre, y la guerra civil es sólo un obstáculo en su camino para conseguir su objetivo. 

La mula que encuentra perdida en medio del campo de batalla, Valentina, representa su libertad y se aferra a ella como cualquier soñador se aferra a su tesoro más preciado, la posibilidad de vivir su vida tal y como el había planeado.



Durante la película el mulero Castro encontrará, a través de los distintos personajes que se cruzan en su camino: el amor, el conocimiento, la valentía, la mezquindad, la sumisión, y sobre todo la amistad. La amistad incondicional y eterna de su amigo "el chato" interpretado por un inmenso Secun de la Rosa, otro de los placeres de la película. 


María Valverde es Conchi,  una chica sencilla pero con aspiraciones que pondrá a prueba el amor del humilde Juan. Un personaje atrapado por la educación de la época que María Valverde sabe representar encantadoramente a la vez que le da toda la credibilidad a un papel divertido pero con un fondo triste.


Una película que todos deberíamos ver, dura pero positiva, divertida y a la vez cruel. Una gran película  por las que sigue mereciendo la pena ir la cine. No os la perdáis.